Es muy probable que muchos compartan cierta aversión por Keiko, la primogénita del japonés rata y condenado -a 25 años de prisión- Alberto Fujimori. Y digo muchos y no todos porque aún en el Perú existen ciertas masas de gentes que dan su respaldo ciego a los anaranjados fujimoristas. Y es que esta regordeta será una de las candidatas a la presidencia de la república del Perú y, lo que es peor, está primera en las encuestas que difunden diversos medios. Es decir, que si no encontramos un candidato "de peso" que pueda superar esa extraña popularidad que hoy ostenta la omnipresente chanchita, creo, estaremos condenados a que esta "chinita" pose su enorme culo en los sillones presidenciales de Palacio de Gobierno y, por tanto, gobierne con displicencia con toda la corruptela que se encuentra pagando condena en la cárcel y, como todos sospechamos, indultará a papito; claro, si es que llega vivo al 2011.
Disculpen los lectores de otros países por comentar un tema político local y no escribir sobre mis acostumbradas estupideces, pero es que era inevitable "hablar" de ella, ya que, su cebosa y anaranjada presencia me aniquila en cuanto programa televisivo sintonice o diario lea. Esa sonrisa torcida que resalta sin disfuerzo sus enormes y atolondrados cachetes que me recuerda que la gripe porcina nos acecha sin clemencia y que pronto la padeceremos.
Días aciagos y tenebrosos viven nuestros hermanos mexicanos con la enfermedad de los cerditos; y aquí me refiero -para los desinformados- a los súidos (cerdos, puercos, jabalíes) y no a nuestras queridas gorditas que prestamos atención en este sitio. Lima se caga de miedo. Las medidas ante los que llegan del extranjero son celosas. Algunos ya se aseguraron comprando sus mascarillas. ¡Oink! es el sonido de nuestras pesadillas.
Estoy pensando seriamente eliminar este blog, que creo está maldito, pues desde su nacimiento no han parado de acosarme las pesadillas adiposas. Y estas ahora dejaron el plano onírico y son una realidad. Bueno, son dos realidades: la primera y más cercana es nuestra mondonguda candidata presidencial Keiko Fujimori ue amenaza cagarnos la vida más adelante, la otra todavía lejana pero no por eso menos peligrosa que la nipón, es la gripe porcina, venganza de los tragones y sabrosos chanchitos que disfrutamos en cuanta parrillada preparamos. El ataque es desde dos flancos: el político y el de la salud. ¿Cuál será el peor? Mejor elimino este blog, por si acaso ¿no? ¿O me paso por los huevos tanta paranoia y me como un sánguche de jamón y para bajarla se la arrimo a la primera gordita que se me cruce?.
Mexico DF