La gorda del traje verde

8:00 am La combi está llena. Y como ya se imaginarán mi desgracia, sube una gorda de sastre. La corbata me ajusta más y el saco me empieza a causar un bochorno insoportable. Una gotita de sudor se desliza por mi sien. Pienso:"falta que la gorda de mierda se haga paso entre la gente y se coloque a mi lado". Mi profecía se cumple. La gorda de traje verde empuja con toda la concha del mundo y lo que su grasoso cuerpo le permite a la gente que estaba en la entrada del colectivo. La gente la mira pasar con cara de culo. La gorda se para al lado del asiento que yo ocupo y me mira con cara de súplica, como rogando que me pare y le ceda el lugar. Con cualquier otra dama me hubiese parado y cedido mi lugar; con esta gorda de mierda, lo pienso. "Para que chucha subes a un colectivo lleno, con ese cuerpo de rinoceronte, No me paro...carajo", pienso. "Toma una grua o un camión, carajo y deja de refregar tu asquerosa grasa en mi hombro... que no me paro", sigo pensando con el ceño fruncido. El chofer hace una maniobra y la cerda de traje verde casi cae encima mio. La gente me mira con cara de culo, como diciéndome, poque no le das el asiento a la ballena esta que está incomodando a todo el colectivo carajo. Alguien baja y tiene que pasar por donde está la gorda, pasa pero sin aire y yo tengo un cachete en la luna y el otro en el vientre viscoso de la gorda. Vaca de mierda en que maldito momento subiste a este micro. Me tengo que comprar un carro para no seguir sufriendo estas cosas. Me levanto. La gorda del traje verde se sienta. Los pasajeros me lo agradecen con una mirada. Yo, odio cada día más a las gordas de mierda.

Mi suegra

Mi suegra también es gorda. Muy gorda. Más gorda que mi mujer, y también fea. Ha ce muchos años cuando recién salía con mi esposa, mi viejo me dijo una frase que ya conocía, pero que nunca le di la importancia que merecía: "Mira cómo es la mamá, porque así será de vieja la hija". Mi mujer no es vieja, aún, ella tiene 27 años, pero cada día se parece más al que es su madre. Así como Yayita -la novia de Condorito- algún día llegará a ser como su madre doña Tremebunda.

Mi suegra es buena gente, pero es gorda. Y las gordas tienen esas "cualidades" insoportables que hacen que las odies inconcientemente -como fue mi caso-, y que, luego pases a la etapa conciente -que es mi actual situación-, donde intentes exterminar a toda esta grasosa especie que lejos de extinguirse los atocinados van en aumento, para desgracia propia y ajena.

Tati, asi se llama mi suegra, es una mujer separada; independiente, pero gorda; su andar es lento y torpe a pesar de sus enormes pies, similares a los de Pedro Picapiedra; su risa es escandalosa y come como si le fueran a quitar la comida. Esto es un poquito de mi suegra. Hay para más... mucho más. Gordas de mierda.

Debut

Hoy desperté en el piso, al lado de mi cama. Sí, la gorda de mi mujer era la culpable. Ella, tiene la costumbre de moverse mucho en las noches y que ella se mueva en las noches, mientras yo duermo a su lado, no es nada gracioso para mi, porque desde que le creció el culo 120x120 mi vida se ha transformado en un calvario insufrible.
Todo empezó con el nacimiento de Marcelo, mi primer hijo. Ella comía de todo y dejó las dietas rigurosas de su soltería, para empezar a comer tacos en "La Carcochita", 1/2 pollo a la brasa a la medianoche: "El bebe come lo que yo como", me decía y hacía sentir culpable y por no ser más comprensivo. Vitaminas, helados, tallarines en salsa roja, blanca y verde; quesos...Comía todo lo que se le presentase. Yo la dejaba que tragara todo, total, cuando nazca el niño volverá a las dietas y a tener el cuerpo que tenía antes; que en realidad no era 90-60-90 pero bastante agradable a comparación del cachalote que es ahora, con las disculpas del cetáceo. Cuando nació Marcelo continuó con las comilonas con la excusa de que tenía que estar bien alimentada para que su leche fuera de buena calidad y así el bebe esté mejor alimentado.
Pasaron los seis meses reglamentarios en que un bebe tiene que lactar, según los propios médicos, y nada, ella continuaba tragando como vaca antes del matadero. La cosa se iba poniendo fea lentamente, lentamente...Hasta que un dia ella se me acercó con cara de pucherito y con su pastel favorito (selva negra) ofreciéndomelo y me dijo: "cariño, sabes? tengo que comprarme ropa nueva porque la que tengo no me queda, ya."
Eran las 06:37 cuando desperté hoy; y no me levanté porque a esa hora me levanto siempre, sino porque estaba muerto de frío y tirado en el piso. Cuando me incorporo para regresar a mi cama la gorda de mierda de mi mujer refunfuña en su caliente sueño: "Estas helado papi, puedes arrimarte un poquito más allá". No habia un puto centimetro más allá. No existía. Era inhumano intentar dormir en los pocos centimetros que me quedaban de cama; la maldije y me fui a dar un baño planeando una dulce venganza. No la encuentro aún, ¿será por los sentimientos encontrados de hacerle daño a la madre de mi hijo? Escrbiré para desfogar, y este pequeño espacio seré mi pequeña e insignificante venganza. Si no vuelvo a publicar es porque mi mujer me descubrió y formaré parte de sus alimentos.Gorda de mierda.