Elucubraciones en el Micro

Son las siete y treinta. A las ocho estaré en casa. Esa música de mierda, cómo pueden oir esa música estos tarados. ¿reggaetón? Agg. Ese chofer está un poco veterano como para oir esa porquería. El cobrador también...carajo, no aguanto esa música, esas letras son bien cojuditas y el ritmo más. Ajá, que rica tía ha subido, sientate acá en mis piernas choclona. Pucha, estoy calentón para pensar estas huevadas. Pero la tía esta buena. ¿Cuántos años tendrá? ¿45? Más no creo. Tiene buenas tetas, sus pies están bien cuidaditos, que ricos piecesitos tiene. No, definitivamente la tia está para tirársela. Uy, ya me miró. Creo que mucho la estoy sapeando. No le he visto el culo, pero me parece que está bien. Carajo, esa música. Cambia de emisora huevón. ¡¡¡Auuu!!!

-Perdón, joven.
-No se preocupe, señora.

Vieja de mierda, porque no te fijas por donde pones tus asquerosas patas. Me has ensuciado el zapato...No hagas hígado Alberto y mejor observa a la flaquita que acaba de subir. A esta le cedo el asiento y me paro a su lado y así le observo las tetazas que se maneja por el escote. ¡Pucha! Ese compadre me atrasó. Provecho con el panorama, maldito. El colectivo ya se está llenando y el cobrador de mierda sigue haciendo subir gente, estos huevones creen que somos sardinas, carajo. Falta que suba una gorda y la joda. ¡Puta madre! esta música es bien fea y todas las canciones son iguales, no se nota la diferencia una con otra. Carajo, alguien se ha tirado un pedo. Voy abrir más la ventana. Con este calor los pedos son más apestosos. Ahí se baja la tía. Caramba, que tal poto se maneja. Esa tía de chibola debe haber estado diez puntos. Chau, chau, tia ricotona. ¡Oh, no!. Ahí hay una ballena que quiere subirse. Sí, vaca de mierda mira... mira... no hay asiento. Si subes vas a tener que ir parada y aguantar tus toneladas de grasa, porque nadie te va ceder el lugar. ¡Cobrador de mierda!, ¡el micro está lleno!, no la convenzas a subir. No mires tu reloj vaca, todavía es temprano, sube en otro colectivo que esté vacío. ¡¡Noooooooooo!! Ya subió la vaca. Yo te lo advertí cachalote, nadie te iba a ceder el asiento. Odio a Mc Donalds, a Burger King, al pan con chicharrón, a las papitas fritas, a las gaseosas, odio a todo aquello que crea estos odontocetos. Esto es mi estigma, carajo... Y sigue esta música de mierda. Ya tengo que bajar. Nooo, la gorda me está obstruyendo la salida. ¿Y ahora cómo bajo? ¡¡¡Maldita mi suerte!!!Gorda de mierda.

Conversando con Mónica

- Y cuando vas a dejar a la gorda de tu mujer.
- Ya no está gorda.
- ¿La estas defendiendo?
- No.
- ¿Entonces?
- Carajo!! Solo te digo la verdad.
- ...Y entonces?
- Entonces qué.
- Cuando la vas a dejar.
- ¿En qué cambiaría las cosas si la dejo?
- En que te tendría solo para mi. No soporto pensar que le hagas el amor a ella.
No lo puedo soportar Alberto.
- No tengo relaciones con mi mujer, solo lo hago contigo.
- ¿En serio, Alberto?
- De verdad, Mónica.
- Eso quiere decir que me quieres y que muy pronto vas a dejar a esa gorda
pretenciosa.
- ...
- Alberto?
- Qué?
- Me quieres, no?
- Claro, linda.
- Y vas a dejar a la gorda pretenciosa.
- Eso no lo creo, Mónica.
- ¡¡Qué!! ¿Por qué no la vas a dejar?
- Porque la quiero y es la madre de mi hijo, Mónica. Yo nunca te he prometido nada,
cariño. Tú sabes que lo nuestro es sexual. Yo a ti te quiero de una forma que me
es difícil de explicar. Pero te quiero. Me gustaría seguir saliendo contigo, el
sexo es fantástico, pero por favor, Mónica, no me pidas que abandone a mi familia.
- Pero, como puedes seguir con Diana, si ni siquiera quieres tener relaciones
con ella.
- No es que no quiera. Lo que pasa es que llego muy cansado de la oficina y el poco
esfuerzo que me queda lo utilizo contigo, lo cual me hace llegar muerto a la casa
y con ganas solo de dormir...Qué pasa mujer, estas buscando pretextos para ya no
vernos? No los necesitas, nosotros iniciamos esta relación poniendo las cosas bien
claras. Así que si quieres irte, tienes...
- ¡No mi amor! Cómo crees tonterías, solo estoy un poco histérica. Olvida todo lo que
he dicho y sigamos como estábamos. Ven mi amor, quiero sentirte otra vez.
- OK.

Ballerinas

No sé cómo ni cuándo se pusieron de moda las ballerinas. Esta zapatilla que usan las bailarinas de danza y que más parece un guante para los pies, es el accesorio de vestir que usan Eva Longoria, Lidsay Lohan, Sofia Coppola y un largo etcetera. Por supuesto que en Lima también la usan las estrellas locales y otras que no llegan a foco de luz.

Las Ballerinas son unas zapatillas bien feas. Horribles. A las mismas danzarinas, que tiene la obligación de usarlas, se les ve ridículas. Casi todos, los varones, estamos de acuerdo en que esta zapatilla es un adefesio, así sea esta de la marca Repetto.

Este accesorio es apropiado para las niñas. A ellas sí se les ve bien, mas no, a una mujer adulta (18 a más. A estas se les ve ridículo. Sea quien sea.

Ahora, Lo que me llevó a escribir este post es el repugnante, ridículo, huachafo y grotesco espectáculo de ver a una gorda infame con ballerinas.

¡Imagínense! No lo podía creer. 100 kilos de grasa sobre esos ridículos y minúsculos zapatitos. La pierna de la gorda eran dos mias, y sus pies eran iguales a los Pedro Picapiedra. Sentía que las pobres Ballerinas imploraban piedad, imaginaba que me miraban y rogaban que las sacara de esos monstruosos pies. Las ballerinas querían reventar, escapar, morir tal vez; pero no continuar en esas grasosas patas. Pobres Ballerinas, son feas pero no merecían tan abusivo trato. Las Ballerinas se alejaban, con sus 100 kilos encima, suplicantes por la Av Javier Prado Este. Mientras se alejaban rogaba para que las ballerinas se destrozaran para que ya no siguieran padeciendo semejante martirio. Hasta los zapatos sufren, gordas.

El bikini de Viviana Rivasplata

NO estaba seguro de contarles esta historia. Pero hay que ser cruel hasta con uno mismo. Me ha tomado muchos días de reflexión y de reírme de mi mismo. En este día de Cupido Maldito contaré mi triste historia playera.

Como ya sabían este domingo fui a la playa con mi esposa Diana, Marcelo mi retoño y mi obesa suegra Tati.

Mientras manejaba rumbo al sur y observaba los implacables ronquidos de Tati en el asiento trasero, recordaba con mucho terror la última vez que fui a la playa con mi suegra. Eso fue unos meses después de haberme casado, y por supuesto yo era un "franelero" -aun lo soy- con mi suegra. Recuerdo ese bikini rosado y mi espalda se endereza de nervios. Recuerdo haber acompañado entrar al mar a Tati y como los otros veraneantes me miraban divertidos adentrarme a la mar con mi propia ballena, inclusive Diana tenía una sonrisa burlona. También recuerdo cómo Tati se aferraba a mi cintura al momento de enfrentar las olas que amenazantes se nos acercaban y cómo toda su adiposidad se restregaba en mi cuerpo virgen de grasas flatulentas. Aggg.

Esta vez estaba prevenido. El día anterior le había comentado a Diana lo ridícula que se ve Tati en bikini, ella estaba de acuerdo conmigo, así que que salimos en busca de un traje de baño entero para obsequiárselo. Tati lo recibió de buen ánimo. Todo estaba saliendo bien. Hasta ahora, porque una vez llegados a la playa, Tati nos sorprendió con un bikini dorado espeluznante. Dijo que le había visto uno a la modelo Viviana Rivasplata y que, ¡por qué no!, ella también gustaría de usar uno igual. Me quería morir, deseaba con ansias un terremoto que nos alejara lo más pronto posible de esa ridícula situación. Pero lo peor estaba por suceder.

- Me voy a dar un chapuzón -dijo Tati.
- Espera mami, que Alberto te acompañe -miré a Diana con una mirada furibunda,
maldita te estás desquitando de la otra vez por llegar de amanecida, pensé.
- Ayy, sí Albertito acompáñame, tú sabes que a mi me gusta entrar un poquito al fondo
pero me da miedo que una ola me arrastre
-me dio ganas de decirle pero si usted es
una ballena y también una orca, no le va a pasar nada, pero dije:
- Está bien Tati -dije todo huevonazo.

Mientras caminaba con la mirada firme y con dirección al infinito del mar podía escuchar las omnipresentes risitas que me acompañaron hasta el fondo del mar. Traté de adentrarme lo más lejos de la multitud. Tati estaba muy nerviosa, pero divertida. Se sentía muy segura a mi lado, y yo pensando "¿cómo se ahoga a un cachalote en su propio habitat?". La verdad me divertí un poco: esquivamos muchas olas, me cagué de la risa cuando se le escapó una teta a Tati y por primera vez vi una ballena sonrosada. Pero era hora de volver a la orilla. Mientras Tati se aferraba a mi cintura yo miraba atrás para evitar las grandes y furiosas olas que se empecinaban en atacarnos. "Falta poco, Alberto, ya casi..." Fue en ese preciso instante cuando vi pasar toda mi vida en pocos segundos. Una furibunda ola nos había revolcado a los dos, con la terrible consecuencia de que Tati nunca se desprendió de mi. Fuimos dando volteretas hasta la orilla, ella abrazada de mi cintura y yo resignado a mi suerte. Cuando dejé de sentir que tragaba agua, una inmensa fuerza evitaba mi respiración, era Tati que yacía encima mio con las tetas descubiertas. Volví a cerrar los ojos y rogué que esto sea una pesadilla.

Cuando sacaron a Tati de mi encima, escuchaba decir a la gente que estaba muerto, que me reanimaran. Lo que pasaba era que no quería enfrentar el bochornoso espectáculo. Cuando el salvavidas se disponía a darme respiración boca a boca, fue cuando me reincorporo milagrosamente y cuando también empiezo a vomitar toda el agua que había tragado. Diana, se encontraba a mi lado muy nerviosa. Tati estaba con una inmensa toalla amarrada por el pecho y parada en la orilla buscando la otra mitad de su bikini. ¡vamonos! dije.

En el camino de regreso la cara me ardía de vergüenza. Diana no paraba de reírse al recordar la cómica escena que fueron protagonistas su madre y su esposo. Tati no dejaba de lamentarse por su bikini que era igualito al de Viviana Rivasplata y Marcelo dormía plácido, ajeno al ridículo que protagonizó su padre, pero del que de acá a unos años también se reirá y burlará; porque conociendo a su madre ella no perderá esta oportunidad para mofarse con los demás de su servidor. Tati, gorda de mierda.

Asquerocidades Veraniegas

El verano es cruel con algunas personas. Pero más con aquellas no supieron cuidarse durante el verano y con aquellas que simplemente los descuidos las persiguen. Ya comenté sobre lo horrible que se ven las gordas ligeras de ropas. Pero hablemos de las otras asquerosidades que salen a relucir en esta calurosa estación.

Las sandalias es la prenda de estación, y muchas personas tienen la desgracia de haber caído en las garras de los hongos, pero seamos concientes, el hecho de que tengan un pie -o las uñas- atacado por los hongos no es impedimento para dejar de usar sandalias. Al contrario, el uso de esta prenda le resultará beneficiosa. Pero, cómo soportar un pie sucio, con las uñas recubiertas de mugre, que asco. He visto muchas chicas que estando bien al perfume, al aretito, pintaditas y con el celular pegado a la oreja pero con las uñas sucias. Que asco, carajo.
Y hay más. Si usas sandalias, ya sean estas chatas o con tacos ¿No se supone que los pies deberían estar frescos y ventilados? Entonces digo yo ¿¡¡Por què mierda se echan talco a las patas!!? ¿Tan pezuñentos son? Se ve asqueroso ver unos pies talqueados ¿No se dan cuenta? Uno se talquea los pies para usar zapatos o zapatillas, pero no para usar sandalias, huachaf@s.
Chicas, ustedes nos acostumbraron a verlas depiladitas. El único vello que aceptamos es el púbico, el cual nos gusta mucho cuando lo dejan en forma de triangulito. Entonces, se supone que en esta temporada deben empeñarse más en los procesos de depilado ¿no? Y entonces por que muchas tienes las piernas vellosas y lo peor...¡las axilas! Carajo chicas no estamos en Europa, depílense y no muestren cosas que ustedes mismas nos han acostumbrado a tener fobia. ¿O sufren de Hirsutismo?
Y para terminar, échense desodorante pues, que apestan a mierda.

Un Verano Peligroso

Es temporada de verano en Lima. Las ropas son ligeras, especialmente en las chicas. Muchas dejan poco al descubierto. Pero así como el espectáculo de minififaldas, tops, piecitos y piernas y ombligos y brazos y 3/4 de senos y, a veces, rajitas de traseros ¡Uhmmm! También asistimos al espeluznante y grotesco show de aquellas vacas que también están disponoiibles a mostrar sus protuberancias.

Es cierto, hace mucho calor; pero ¿Eso justifica que una Orca use un top talla medium? Y que, como consecuencia de ello dos toneladas de mondongo se exhiban por la ciudad sin que nosotros los ciudadanos de a pie -y peor los que conducen- no tengamos un "seguro contra arcadas". ¿Han visto ustedes una ballena en mini? ¿¡Han visto!? YO sí, y el cuerpo se me escarapelo. La piel se me puso como de gallina.

Ayer en la noche, luego de la cena. Diana me hizo una propuesta -de la cual no tenía escapatoria, más que nada porque me siento un poco culpable por mi reciente comportamiento que ya les conté en el post anterior-:"Alberto, el domingo iremos a la playa" Está bien le dije, sé que quiere mostrar su nueva anatomía. "Pídele prestado el carro a tu papá, porque iremos con mi mamá". Hoy en la oficina estoy rezando una oración ad hoc, para ver si así logro escaparme de esta:

¡Diosito! ¿Tú me quieres?
¿Por qué me has abandonado?
No es suficiente con el sufrimiento
diario e imprevisto
de las gordas en minifalda,
de las gordas que muestran el ombligo,
de las gordan que sudan a tu lado,
de las gordas que eructan sin disculparse.
¡No es suficiente!
¿Estás ahí Dios?
Porque necesito tu ayuda, desesperadamente.
Este domingo iré a playa con mi suegra
Y no sé, si podré soportar semejante espectáculo
Diosito una gorda caminando por la ciudad
en top, lo soporto...
Pero a Tati en bikini va a ser perjudicial
para mi estabilidad emocional y psicológica.
Mira Diosito, que si tu me haces el milagrito
Yo seré un hombre modelo
Haré un blog donde pregonaré tu palabra.
Haré lo que sea, Mira diosito que si Tati
se mete a reventar olas
pueden morir muchos inocentes.
Bueno diosito, te llamo en una horas ¿Ya? Amén.