Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana...


Siempre he intentado ser fiel. Cuando niño me imaginaba con una única mujer a la cual amaba hasta que la muerte nos separe. En la adolescencia tal idea me parecía propia de mi edad infantil y lo que buscaba era tener la mayor cantidad de chicas al mismo tiempo para poder enrostrarles a mis amigos “mis conquistas”; pero en el fondo mis latidos y erecciones espontáneas eran por la enamoradita de turno. Ahora, de adulto siento que una sola no es suficiente y dos son muchas. Como resultado: siempre he decepcionado a todas las mujeres que me quisieron y, también, a las que no.

Una de las primeras que decepcioné fue a Chio. Teníamos dieciocho años y, según ella, se enamoró de mí porque la hacía reír. Y lo que me enamoró de ella fue su cuerpo: ojos grandes, piernas largas y tetas morbosas. Y sí que me enamoré de Chio. Nos sentábamos juntos en todas las clases que llevábamos en la universidad; almorzábamos juntos en la cafetería y luego regresábamos a clases más pegados aun; cuando salíamos temprano nos íbamos al cine y, la mayor de las veces, acabábamos retozando en algún hotel cercano a la facultad de periodismo -donde estudiábamos- hasta rozar la hora de permiso que ella tenía de llegar a casa. Éramos inseparables y fue con Chio que adquirí la adicción por lo senos generosos. Habían veces en que me pasaba horas besándolos y acariciándolos sin hastío, hasta que ella me advertía con un “me arden, Alberto. Ya para”.

No recuerdo las circunstancias con las que terminé en posesión de su bolso. Sólo recuerdo que ella llamó a mi casa preocupada pensando que lo había extraviado y me rogaba no revisarlo, pues, en él se encontraba mi regalo de aniversario por nuestro primer año, que sería dentro de dos semanas. Juré no hacerlo. Mentí.

Estaba preocupado, porque en dos semanas tendría que juntar el suficiente dinero para superar aquel regalo: era un reloj “Guess” deportivo con correa de cuero marrón que estaba enfundada en una hermosa caja metálica con el sello de la marca. Me lo probé y me quedaba perfecto. Luego, seguí revisando y encontré los clásicos utensilios que lleva una mujer en un bolso; también encontré una billetera con dinero, documentos y fotos que me llamaron la atención: fotos tamaño carnet de papá y mamá; algunas fotos recientes de ella que una robé para mí. Pero dentro de todo ese revoltijo encontré un antiguo pase de biblioteca escolar; en él, sonreía una quinceañera regordeta con enormes cachetes que achinaban sus ojos. Era Chio, que estaba irreconocible. ¡Que gorda! dije decepcionado. Aquella imagen arrancó de un tirón la idealización ciega que tenía de Chio. Ya no era más la flaquita angelical con enormes tetas. Era la gorda del pase de biblioteca. Esa noche del descubrimiento, no pude dormir. Sólo pensaba en lo gorda que había sido -y podía volver a ser- Chio. Esa noche, inconscientemente, le dije adiós a mi primer amor.

Durante los días siguientes las cosas cambiaron con Chio: inventaba excusas para irme con los amigos abandonados y el dinero que debía juntar para el regalo de aniversario me lo gasté en cervezas y en dos noches de hotel con distintas chicas fáciles que no recuerdo ni sus rostros.

Aún recuerdo excusándome ante la baratija que le regalé el día de nuestro aniversario, y ella recibiéndolo feliz. Cinco días después ella terminaba conmigo ante la confesión de mi infidelidad con aquellas chicas que no recuerdo su rostro. Cada lágrima que derramó aquel día todavía me cuesta secar en las noches que la recuerdo, o cuando me topo entre mis cosas con el reloj que aún conservo junto a la fotografía que robé aquel día. Los tiempos cambian y te cambian; y el amor más barato es el que se paga.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya, bueno. Uno puede quedarse con una imagen de alguien, la imagen con la que recién la conoce y puede que sea imborrabe, pero una foto pasada... ¿para qué?

En fin, estropeando se aprende.

Anónimo dijo...

Patético fastidiarla por una foto de cuando era más cría. Anda que no cambiamos de la niñez-adolescencia a la edad adulta. En general creo que los hombres van incluso a peor y que nosotras mejoramos. Al menos por lo que veo con mis antiguos compañeros de colegio e instituto.

Walter dijo...

Bueno, por una foto antigua no debias d hacerle eso. era una ex-gorda, dificil k vuelva a serlo.
Saludos

Unknown dijo...

Waaazu ...te complicas mas que una nena!

Saluds

Carolate dijo...

¡Eh! Me alegra que la absenta te haya servido de algo. Si lo que querías era una flaquita de por vida, hiciste bien. Las ex-gorditas usualmente recuperan su peso, casi siempre después de parir y eso tarda en bajarse.

Aunque ahora que lo pienso, la ballenita pecosa te da igual que sea chanchis, así que no lo entiendo. Quizás sea un mal de juventud.

Es bueno volver a leerte. Eres justo lo que necesitaba, esta noche.

Beshitux!

Tengo hambre dijo...

Mmm Alberto osea que el trauma por las gordas es desde hace tiempo, no se inicio con los kilitos de mas de tu ex mujer.

A ver si posteas mas seguido, que me haces falta.

*Yo* dijo...

Pobrecita carajo me hizo recordar a mi, cuando le compré la vida a alguno de mis exs, entre esas cosas unos lentes arnett carisimos, polos, shorts, todo arsenal de cosas para jugar su deporte favorito, lo recuerdo y me odio por eso. no se merecía ni el pedo. ..
pobre chio..

La Chata

P.d: al menos leete mis post no? digo..

*Yo* dijo...

Pobrecita carajo me hizo recordar a mi, cuando le compré la vida a alguno de mis exs, entre esas cosas unos lentes arnett carisimos, polos, shorts, todo arsenal de cosas para jugar su deporte favorito, lo recuerdo y me odio por eso. no se merecía ni el pedo. ..
pobre chio..

La Chata

P.d: al menos leete mis post no? digo..

Anónimo dijo...

Ta mare, Alberto! Qué xuxa tenía que ver la foto del cole? Acaso cuando la conociste no estaba buena?

Ya pes Alberto. Eso no era motivo para terminar con la flaca.

Saludos.

Cys dijo...

eres para matarte!

Sr.M dijo...

Jajajajajaa excelente el nombre de tu blog, y cagadísimo tu relato te rifas man.
Atte. Chío

¿Odio a las Gordas? dijo...

RAULIN: no tienes fotos de tus antiguas enamoradas? Bueno yo sí tengo algunas que conservo. Más por morbo que por otra cosa.

NINA: el hombre es un inmaduro infinito.

WALTER: Yo no terminé con ella. Fue ella la que terminó conmigo. Claro, la culpa fue mía.

ENRIQUE PEREZ: ¡no soy una nena! ¿o sí?

CAROLATE: MI querida fascista, ahora le toca a usted enviarme algo para complementar mi noche. Esta vez te envío un beso en el coxis.

AUTUNM SHADE: tú también me haces falta, lástima que estés en Colombia. Sino.

CHATA RICA: si leo tus posts, sólo que mi prioridad es verte pixelada. Ah, chatita , cuándo me mandas unos boxers, así no pierdes la costumbre.

ALEXIS: Ella fue la que terminó conmigo, mi estimado. Yo sólo cometí el pecado.

CYS: ¡Eres para besarte!

SR M: Gracias, man. Espero que visites más seguido.

saludos a todos

ALBERTO F

Damian dijo...

pobre Chio, eres malo

la MaLquEridA dijo...

Que manchaditio,
seguramente ella adelgazó porque no se sentía bien siendo gorda.

Y si tu hubieras sido el que dejó el bolso y Chío te hubiera hecho lo mismo,qué?


Lo bueno que el hubiera no existe.


Saludos.

Redacción ArtBook dijo...

Ay que lastima, te la perdiste.

Cuidado te vuelves un metrosexual de esos que no mas sirven de adorno porque el chito no lo usa bien...jaja...es broma.

sybilla dijo...

AY ALBERTITO.... eres....... un mongo :)

NTQVCA dijo...

Que bien te quedo este escrito, aunque ya se te veia lo cínico desde chiquillo, y que se le va a hacer, si asi somos.
Te mando un beso.

Juanito el caminante dijo...

Que vivan las amiogas que se prestan para cagar las relaciones de uno!!!

Sigue caminando...

Anónimo dijo...

Claro que tenía, pero no las utilizaba para condenarlas en el presente por culpa del pasado.

Hoy por hoy, no tengo, no hay que trabar el paso del tiempo.

Anónimo dijo...

Snif... una lagrima para la copa de lagrimas.
En serio flaco un reajuste de oruntos no te caeria mal, como siempre las feminas en su salsa.
Atte
WACO

Anónimo dijo...

Oh si! Enrique me robo el comentario... nenaza!!! y de las jodonas

Daniel dijo...

k paja es recordar a las ex.. me has inspirao..

¿Odio a las Gordas? dijo...

DAMIAN: sí, pobre Chio. Soy muy malo.

MALQUERIDA: Oiga mi querida, usted conoce a alguien que se sienta bien siendo gorda?

ATSUI ANGEL: Nooo, nada de metrosexual, a las justas me baño, jeje. Y sí, creo que tienes razón: me la perdí.

SYBILLA: mi hermosa chica SagaFalabella, tiene usted toda la razón: soy un mongo. Y tú estás para comerte.

NTQVCA: preciosa Idalia, yo creo que usted me entiende. Aunque yo diría que todavía la espanto. besotes largos.

JUANITO: alguna amiga lo ha cagado a usted mi estimado??

RAULIN RAULON: oiga mi querido gordito, quisiera saber en qué parte del post he condenado a Chio, al contrario, esto es un post autocondenatorio. El que queda mal soy yo y nadie más. ¿o no te parece?

WACO: Te extrañaba pajarraco, aunque hayas regresado con las baterías gastadas.

ANONIMO: ¡¡soy una nenaza jodona!!

DANIEL: Corra antes que se le escape las ideas.

Saludos a todos

ALBERTO F

leonina dijo...

:O

Imberbe_Muchacho dijo...

y desde ahi nace el odio a las gordas?? como es la cosa?

Anónimo dijo...

gordita sabrosa y sana: Seguro que eres un gay y te gusta los travestis flacos y sidosos...Soy muy deseada por mi voluptousidad y una nena completa