Hoy miro
con preocupación su culito. Recuerdo que hace tres años ese culito iba
acompañado de una delgada y suave
cintura. Me da verdadera nostalgia recordar a esa frágil y pequeña mujer que
hizo abandonara todo tipo de escritura, lectura y amanecidas alcohólicas. Hoy
noto preocupado ese voraz apetito que la embarga. Esa negligencia horaria con
la que se alimenta. Observo que de ese pudor inicial al desnudarse ya no queda
nada y tenía lindas curvas que mostrar. Hoy es desinhibida de su desnudez y
tiene mucho que tapar. Su hermoso culito ya está en proporción con su barriga.
Le está creciendo la panza. Pero su culito no. “Mi amor has engordado” me dijo
hace poco; y cómo mierda no lo voy a hacer si me alimento contigo. Y por pena a
que la comida se pierda muchas veces –la mayor de las veces- me trago todo lo
que sobra de lo preparado. Bebo mucho café y todavía fumo muchos cigarrillos.
Con todo eso mi culo también ha engordado. Mi panza ha crecido junto con mis
cachetes. ¿Por qué no crece también la verga en sintonía con la barriga?
Hace tres años miraba el futuro con optimismo.
Me decías que cómo era posible que algunas chicas se descuidaran hasta el punto
de ponerse gordas. Que cómo es posible que la madre de tu hijo se haya
engordado tanto habiendo tantas dietas. Que tú no puedes ser gorda porque te
deprimirías mucho. Hoy en la mañana mientras te vestías para trabajar te vi
luchar con tu pantalón, escuché quejarte que tu blusa se ha achicado por el mal
lavado de la lavadora. Te escuché hablar emocionada con alguna compañera del
trabajo que hoy en la cafetería prepararían de menú: lasagna; mientras aun
desayunabas. Y escribo todo esto porque me acabas de enviar un mensaje al
celular diciendo: “Amorcito, el almuerzo estaba horrible: olluquito. Aggg me
invitas Lasagna en la noche? Di q siii. Te amo muxo”. Todavía no te respondo. Y creo que no lo haré.
O a lo mejor sí y te respondo con un: “estás muy gorda no jodas”; o también
puede ser “quieres ponerte igual de cerda que la mama de mi hijo? Mira que por
eso la deje”; o algo más cariñoso y diplomático “Sí mi reyna pero más saludable
no crees que sería una ensaladita de frutas?”. Al carajo, sé que ella me
convencerá e iremos a cenar, Lasagna. Y luego iremos a dormir y sentiré que tu
culito ya no es el mismo, que para abrazarte necesito más brazos y que mañana
por la mañana cuando me veas despertar con una erección pensarás que aun sigues
tan rica como antes y que por eso “el muchacho” siempre anda erecto. Por ti.
Por tu culito.
11 comentarios:
¿Ya regreso a la blogosfera?
Los años no pasan en balde y los kilos tienden a quedarse en donde menos deben, ¡Horror!
los años no tienen la culpa de su abandono, sino todas las mujeres mayores de 40 serian gordas.
Deberias escribir lo dificil que es follarse a una gorda.
OMG! REGRESASTE!!!
Vaya! que sorpresaaa.... se extrañaban tus post.
Me divierte leerte.
saludos
¿pero quién te crees que eres?
he llegado a tu blog buscando algo muy concreto y me he dado cuenta de lo extremadamente superficial y dañino que eres. Por que no hay una foto tuya, de tus abdominales y culito para que podamos opinar? quizás por que estan fofos? gordos? deformes? y es lo que crtiticas.... de verdad me pareces penoso.
BUEN DIA,
SOY DE PERÚ.
Poul Rogger Portilla Condezo
Dr. Poul Portilla
Tanta huevada por un par de kilos mas, si de algo te sirve, gordo o flaco uno tiene que disfrutar las sesiones con su gorda como chancho :P
Jo...pues si es verdad lo que cuentas, no te queda nada, macho.
Hasta que no puedas ni abrazarla porque no la rodeas. Y luego está que 'me duele la rodilla', me duele esto, lo otro, o no puedo 'ir a tu paso', o 'esto mío es genético'...
Ánimo, disfruta del hoy que esto solo se te va a empeorar.
Publicar un comentario